El porqué de las cosas

He llegado a la conclusión de que los hombres somos animales de costumbres. Y diréis, ¡pues vaya descubrimiento!. Me refiero a esas cosas que hecemos todos sin darnos cuenta.
Empezaremos por los parkings privados, en los que al entrar una máquina te dá una tarjeta para abonar luego la estancia. ¿Qué es lo primero que hacemos con la tarjetita en cuestión?. Nos la ponemos en la boca. ¿Porqué?. Sería más fácil dejarla en el salpicadero del coche. Nadie sabe la respuesta. Y lo mejor es que te giras para mirar el conductor de al lado y también lleva ese trozo de papel en su boca.
Ahora estas aparcando en una calle y llevas la música a todo trapo. ¿Porqué bajamos el volumen?. ¿Es que la música te impide aparcar o qué?. Tampoco tiene sentido.
Cuando los hombres vamos al servicio y nos metemos en el urinario a cambiar el agua al pajarito o pajarraco (según el caso) hacemos algo muy peculiar, esto consiste en jugar a hundir lo que flota en el agua (es divertido). Tampoco tiene respuesta lógica.
Otra cosa que hacemos es preguntar cosas cuya respuesta es clara. Por ejemplo llegas a una cola y le preguntas a la última persona, ¿eres el último?, y él te responde: ¡No soy el primero, no te jode!!!. También te puede pasar que veas a alguién en el suelo tirado intentando incorporarse, tú te aproximas a él para ayudarle y le preguntas: ¿Te has caido?, a lo que él te responde: ¡No, estaba escuchando a ver si vienen los indios!!!.
Así que, si te pasan estas cosas y otras muchas a las que no les encuentras respuestas cuentanoslas e intentaremos entre todos darle un sentido lógico. Hasta pronto.

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