El monstruo que llevamos dentro.

Creo que toda persona tiene un ser monstruoso en su interior y que este aparece cuando nuestras manos cogen un volante. Considero que todos somos una especie de Doctor Jeckill y Mrs. Hyde, tranquilos cuando somos unos indefensos peatones andando por la selva urbana, pero agresivos y desquiciados cuando somos parte del tráfico rodado.
Un día cualquiera coges tu coche, en el momento que te subes y accionas la llave de contacto te das cuenta de que ya no eres la misma persona que eras hace cinco minutos. Ahora eres un ser competitivo, agresivo, intolerante, en fín un mal bicho. Así que con el vehiculo en marcha te incorporas a caos que supone la circulación en cualquier gran ciudad.
El semáforo se pone en rojo y tienes que parar de nuevo, de repente te das cuenta que el conductor que tienes al lado te mira de forma desafiante (o eso te crees tú) y lo único que deseas es que se ponga el semáforo verde para dejar claro quién es el que manda. Semáforo en verde y aceleras a tope porque por ningún motivo el coche de al lado te puede adelantar, así que revoluciones al máximo y haciendo una salida tipo Fernando Alonso dejas a tu rival clavado en la linea de salida y piensas estas hecho un campeón. Lo que pasa es que tu contrincante no se ha enterado de que había una carrera allí mismo, pero eso te dá igual y te crees que eres el más rápido del mundo.
Hay muchos tipos de monstruos al volante. Primero están los típicos que conducen sin hacer uso de los intermitentes, aunque supongo que si van de serie, servirán para algo más que adornar el coche. Después tenemos a los que conducen muy lentos (ellos se llaman precavidos), a este tipo de monstruos los considero los más peligrosos, ya que van fijamente mirando hacia delante con el cuerpo en tensión y los brazos rigidamente colocados sobre el volante, ignorando lo que ocurre a su alrededor, el sólo se concentra en su más inmediato antecesor (que por cierto está unos 100 metros por delante de él) y lo demás no importa. Lo que él desconoce es que existe un gran variedad de seres que lo que desean es pasar por encima de él como si de una alfombra se tratara.
Bueno para concluir, ¿Qué clase de montruo te consideras tú?.

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